También llamadas «paquillos», las 100 pesetas de plata fueron monedas de curso legal acuñadas durante el mandato de Francisco Franco durante los años 1966 y 1970. Dejaron de emitirse debido al progresivo aumento del valor de la plata, llegando a valer más el peso del metal que el valor facial de la moneda, lo que redujo su circulación debido a la tendencia a atesorarlas.
Su gran punto fuerte, al igual que ocurre con las 5 pesetas de plata, reside en la posibilidad de adquirirlas con el IVA incluido a un precio cercano al spot en tiendas de numismática o a particulares, cosa que no ocurre con las monedas y lingotes de plata bullion (Maples, Filarmónicas, Canguros, etc).
Los 20 francos de oro, también llamados ‘napoleones’, fueron la base de la Unión Monetaria Latina (1865-1927), creada para unificar varias divisas europeas en una sola moneda que podría ser intercambiada en los países adheridos al acuerdo.
Las más populares entre inversores, por su accesibilidad y bajo premium, son los 20 francos franceses (‘gallos’ o ‘napoleones’), seguidos por los 20 francos suizos (‘Vrenelis’).
Entre numismáticos son más apreciadas las monedas del estándar acuñadas en otros países (20 pesetas, 20 liras, 20 francos belgas, 20 dracmas, etc) debido a su rareza.
El soberano, o una libra, es una moneda de oro británica que data del año 1817. En sus más de 200 años de historia se han acuñado millones de unidades con distintos bustos y reversos. Es muy conocida y aceptada tanto en el sector de la numismática como en el de la inversión, al existir unidades con poco premium y también piezas raras con un excelente grado de conservación.
El formato más común es la moneda de un soberano, pero también existen cuartos, medios, dobles o quíntuples soberanos.
El Krugerrand sudafricano es una de las monedas de oro más reconocidas a nivel mundial, ya que fue la primera moneda destinada a la inversión con un peso fino de una onza troy.
Su aleación con cobre le aporta una mayor dureza y resistencia, otorgándole a su vez un color rojizo muy característico. Como consecuencia, su peso bruto es ligeramente superior a una onza troy, lo que a veces genera dudas entre nuevos inversores.
Las 5 pesetas de plata, también conocida como duro de plata, fue una moneda que estuvo en circulación en el territorio español a finales del siglo XIX y principios de siglo XX. Se acuñaron millones de ejemplares con diferentes años y bustos, y gozan de gran aceptación y popularidad. Es fácil encontrar unidades con poco premium si no nos importa su estado de conservación.
Su mayor atractivo, al igual que ocurre con las 100 pesetas de plata, reside en la posibilidad de comprarlas con impuestos incluidos a un precio cercano al spot en tiendas de numismática o a particulares, cosa que no ocurre con las monedas y lingotes de plata bullion (Maples, Filarmónicas, Canguros, etc).
También llamada ‘alfonsina’, es la moneda de oro española más asequible para la inversión. Su alta tirada y popularidad hacen que su precio se ajuste a la cotización del metal en el mercado. Podríamos decir que es el ‘bullion’ español por excelencia.
Por su bajo peso y escaso premium, al igual que el soberano y los 20 francos, es perfecta como primera inversión si no queremos realizar grandes desembolsos.